Cuerpo
de Bomberos de Concepción
Fundado 13 de Abril de 1883 |
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Primera Compañía Obispo Hipólito Salas 347 Concepción |
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Segunda Compañía Janequeo 370 Concepción |
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Tercera Compañía Serrano 1312 Concepción |
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Cuarta Compañía
"Carlos L. Rowsell" Avenida Los Carrera 2138 Concepción |
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Quinta Compañía Collao 1645 Concepción |
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Sexta Compañía
"José Quintino F" Las Heras 747 Concepción |
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Septima Compañía
Veteranos del 79 s/n Concepción |
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Octava Compañía
Avenida Los Carrera 1837 Concepción |
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Novena Compañía
Juan de Dios Rivera 1912 Concepción |
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Decima Compañía
Diego de Almagro 121 Concepción |
Recién terminada la Guerra del Pacífico,
Concepción conoció un hecho que vendría a marcar
época en su historia: el nacimiento del Cuerpo de Bomberos
en esta Ciudad, el día 13 de Abril de 1883. Fue el entusiasta ciudadano porteño don Jorge
Blackburn, quién, activando el propósito
de crear una Compañía de Bomberos, mueve influencias,
reúne gente, busca elementos adecuados y logra convencer a
vecinos y Autoridades. Sintiendo en sus ánimos calor de fraternidad
y sentimientos nuevos, la juventud penquista respondió ampliamente
al llamado patriótico que se le hacía. Al aporte personal
se sumó el aporte económico, y más tarde se sumaron
otros nombres que querían participar activamente en la vida
de la generosa Institución. Es así como, ciento treinta y seis vecinos
poseídos por un entusiasmo febril, rompen la frialdad de un
nublado día Viernes 13 de Abril de 1883, y con delirante entusiasmo
y fervorosa felicidad, fundan solemnemente la Primera Compañía
de Bomberos, dando origen con esto, a la creación del Cuerpo
de Bomberos de Concepción. Un siniestro de proporciones ocurrido el día
27 de Enero de 1888, da la pauta para organizar una nueva Compañía
de Bomberos, dado el caso que en el siniestro mismo se comprueba que
el material y el acopio humano de que disponen las dos Compañía
existentes, no son suficientes para contener el incendio. Abre la sesión el Sr. Paschem,
quién en una vibrante y espontánea improvisación,
y con sólidas frases de alto sentido cívico, indica
la importancia para esta ciudad de esta nueva Compañía,
cuya misión principal será guardar el orden en los incendios,
cuidando del mobiliario y enseres extraídos de las propiedades
amagadas, facilitando de esta manera la labor específica de
las otras Compañías en el desarrollo del trabajo., como
a la vez, agradece con emocionadas frases el espíritu de cooperación
demostrado por los asistentes al incorporarse en forma voluntaria
y decidida a esta Institución. Siempre en escala ascendente, el Cuerpo de Bomberos
ya había tomado la ruta que le corresponde dentro del concierto
progresista de la Ciudad, por este motivo es que en los albores del
otoño del 1888, cuando la ciudad penquista toma forma y vida
mayoritaria por su evidente progreso en todas las manifestaciones
industriales y comerciales, es que se inspira la idea de formar una
Cuarta Compañía de Bomberos. Los incendios se producen con una inusitada frecuencia,
algunos a causa de los adelantos eléctricos, y otros provocados
por materiales combustibles o inflamables; además en consideración
a que solamente la Primera Compañía posee maquinarias
para la extinción rápida del fuego por medio del agua,
pues las otras dos compañías se dedican a aislar el
fuego, derrumbar murallas y salvar muebles y especies que están
en peligro. Es así como, el día 5 de Abril de 1888
se convoca a una reunión ampliada con la asistencia de autoridades
bomberiles, donde se da por fundada esta nueva Compañía.
Este selecto grupo de Voluntarios pertenecientes a la alta sociedad
penquista se dan tarea de inmediato a luchar con sus congéneres
en improbas contiendas contra el fuego. En la sala solo se siente la respiración nerviosa
de los circunstantes, los que no quieren perder detalle de cuanto
allí se exprese o se haga. El momento es, Supremo y ceremonioso
y es por ello que el Superintendente Señor Carlos L. Rowsell,
con palabras vibrantes y persuasivas, que no ocultan la emoción
que le embarga declara abierta la Sesión y dice: Esta Institución que vive con serenidad pasmosa
y que refleja como trasunto de los hechos que ha logrado captar en
el espectáculo de la vida vulgar, también tiene vida
y anhelos, que son los que se confunden con la hetereogénea
y palpitante vitalidad de nuestro pueblo; esta benemérita institución,
de antecedentes de lucha, tiene cicatrices de los sufrimientos, es
por que para el servicio de la comunidad fue fundada, y por la comunidad
es formada. |